Perseguir una meta solo con un fin, llegar a sonreír sin que haya una espinita en el fondo que no pare de pinchar y arañar. Los sueños son algo que se rompe fácilmente como el cristal por eso hay que perseguirlos, cuidarlos y no dejarlos escapar, pues rendirse es demasiado fácil y si sino lo intentas jamás sabrás si se hubiera cumplido o no.
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